¿Quién dijo que el té solo se puede beber caliente? El té helado es un modo de disfrutar el té que cada vez tiene más adeptos, sobre todo en época estival y en los países más cálidos del mundo.
Vender tés para tomar en frío te permitirá satisfacer la demanda de bebidas frías, al mismo tiempo que puedes mantener y aumentar las ventas en verano.
Muchos bebedores de té confiesan no haber tomado té helado. En muchas ocasiones es debido al desconocimiento. ¡Pero esto ya no será un problema!
En esta guía del té helado vas a aprender todo para poder educar a tus clientes sobre este modo de disfrutar su bebida favorita.
Origen del té helado
Como todo, siempre hay una primera vez en la vida. Y para conocer ese momento, el ser humano suele valerse de los registros documentados.
Y hay dos momentos clave que tienen como protagonistas una receta y una feria internacional.
El primer dato registrado se remonta a finales del siglo XIX. Concretamente, en Estados Unidos, se publicó una receta de Sweet Iced Tea en un libro de cocina, la cual se tomaba en frío.
Pero el momento más citado como el origen del té helado es la Feria Mundial de St. Louis, celebrada en 1904. Durante este evento, un comerciante que no vendía su té dadas las altas temperaturas, decidió añadir hielo para refrescar a los visitantes. Tal fue el éxito que acabó en solo unas horas con todo el género que tenía previsto vender durante la feria.
Desde entonces, el té helado ha experimentado una constante evolución, adaptándose a las preferencias y tendencias culinarias a lo largo de los años.
Lo que comenzó como una simple bebida refrescante ha dado lugar a una amplia gama de variaciones, desde el clásico té helado de limón hasta innovadoras recetas con sabores de frutas exóticas, hierbas aromáticas y/o especias.
Las tiendas de té y negocios de hostelería han experimentado con métodos de preparación como la infusión en frío, que otorga un sabor más suave y menos amargo, capturando la esencia pura de las hojas de té.
¿Qué tés son los más idóneos para tomar helados?
La respuesta a esta frecuente pregunta es… ¡todos! Es cuestión de gustos, y que se tome frío o caliente no va a ser perjudicial para nada.
Por norma general hay sabores y blends que están más optimizados para tomar en frío. Bien sea porque su sabor es más refrescante, o porque recuerda a sabores clásicos de verano. Pero puedes decir a tus clientes que pueden elegir el que más te guste.
¿Cómo preparar el té helado perfecto?
La elaboración de un té helado perfecto es un arte que combina tradición con técnicas “de tea master” más modernas.
Hay dos métodos principales para preparar té helado: la infusión en caliente y enfriado; y la infusión en frío. Cada uno aporta sus propias características únicas al té, influenciando su sabor, aroma y color.
Toma nota porque te vamos a explicar cómo debes de enseñar a tus clientes a preparar un delicioso té helado.
Infusión en caliente y enfriado
Este método consiste en preparar el té siguiendo el modo tradicional: infusionando en caliente. Esto permite una extracción rápida y completa de los aromas y propiedades de las hojas.
Después de la infusión, el té se enfría rápidamente añadiendo hielo o dejándolo enfriar a temperatura ambiente antes de refrigerarlo.
Este método ofrece un control preciso sobre la intensidad del té. Es ideal para preparar té helado rápidamente.
Infusión en frío
La infusión en frío, por otro lado, consiste en infusionar las hojas de té en agua a temperatura ambiente. Para ello se puede emplear una botella que luego se deja en la nevera entre 4 y 10 horas.
Este método extrae los sabores de forma más lenta y suave, resultando en un té helado que es menos amargo y más claro de color.
Como ventaja resalta su sabor, con un perfil más sutil, suave y dulce. Esta técnica es ideal para tés puros de alta calidad, puesto que destacarán sus notas más delicadas.
Consejos generales para preparar té en frío
Por último te detallamos algunos aspectos para conseguir un té helado de primera categoría: delicioso y refrescante.
Y el primer consejo es que vigiles la calidad del agua. Si en tu ciudad no hay agua corriente de calidad, será mejor que emplees agua mineral embotellada. Lo mismo sucede con el hielo. Asegúrate de que el hielo que empleas está hecho con agua de calidad y no transfiere sabor al té.
Aunque no hay ninguna ley escrita, te recomendamos usar la técnica de infusionado en frío con tés puros. Mientras que la de infusión en caliente es ideal para cualquier tipo: blends y puros.
En el caso de los tés infusionados en frío puedes añadir unas rodajas de fruta: limón, naranja, lima, melocotón… le dará un toque especial.
Ten presente que el té helado puede conservarse en el refrigerador por hasta 3-5 días, dependiendo de los ingredientes. Te aconsejamos que no tardes mucho en consumirlo puesto que sus pequeñas partículas que quedan en el agua seguirán infusionando, otorgando un sabor más amargo.
Si añades elementos frescos como frutas, es recomendable consumirlo dentro de las primeras 24 horas.
Si tienes una tienda de té física quizás puedas hacer mini talleres de té helado para enseñar a tus clientes cómo se prepara. ¡La práctica hace al maestro! por lo que te aconsejamos que practiques mucho y animes a tus clientes a hacer lo mismo.