Taiwán, una isla del este de Asia conocida históricamente como «Ilha Formosa» (Isla Hermosa) por su impresionante paisaje montañoso, es hoy en día un referente mundial en la producción de té, especialmente el té oolong.
Situada estratégicamente entre el Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional, Taiwán ha desarrollado una importante tradición en la producción de té, a pesar de los desafíos políticos y climáticos que enfrenta.
La geografía montañosa de Taiwán, combinada con un clima marítimo suave, crea condiciones ideales para el cultivo de variedades de té de alta calidad. La ausencia de extremos climáticos y la abundancia de lluvias permiten un desarrollo óptimo de los arbustos de té, dando lugar a una diversidad de sabores y aromas que son la firma del té taiwanés.
Además, Taiwán ha logrado consolidar su posición como uno de los principales productores y consumidores de oolong en el mundo, combinando técnicas ancestrales con algunas innovaciones.
Historia del Té Taiwanés
La historia del té de Taiwán comienza en el siglo XVII, cuando los primeros arbustos de té fueron traídos desde la provincia china de Fujian. La cercanía geográfica de Taiwán con Fujian permitió que el cultivo de té se desarrollara y evolucionara rápidamente en la isla.
Durante la ocupación japonesa de Taiwán, que comenzó en 1895, se produjo una expansión significativa en el cultivo del té. Los japoneses incentivaron el cultivo en la zona sur y oeste del país, creando una infraestructura que permitió la expansión de la industria.
Después de 1980, Taiwán experimentó una tercera fase en el desarrollo de su industria, cuando la legislación permitió a los ciudadanos establecer fábricas de té. Este cambio legislativo impulsó una mayor producción y diversificación, extendiendo el cultivo del té hacia el interior de la isla.
La combinación de la herencia cultural, las técnicas tradicionales y las innovaciones modernas ha permitido a Taiwán mantenerse a la vanguardia en la producción de té de alta calidad.
Zonas de cultivo de té en Taiwán
Taiwán, con su clima marítimo y terreno montañoso, ofrece condiciones óptimas para el cultivo de té. Las zonas de cultivo se extienden desde las tierras bajas hasta las altas montañas, cada una proporcionando un microclima único que influye en el perfil de sabor del té.
Estas regiones montañosas, cada una con sus características distintivas, aportan matices únicos al té producido en Taiwán. A continuación, hablaremos de las principales áreas de cultivo de té taiwanés y cómo sus particularidades influyen en la calidad y diversidad de los tés de la isla.
Ali Shan
Altitud: Entre 1,100 y 2,500 metros.
Ubicada en el condado de Chiayi, Ali Shan es una de las zonas de cultivo de mayor altitud en Taiwán, con plantaciones que se encuentran entre los 1,100 y 2,500 metros sobre el nivel del mar. Los tés producidos aquí, como el famoso oolong Ali Shan, son apreciados por su delicadeza y sus notas florales y cremosas.
Li Shan y Da Yu Ling
Altitud: Más de 2,500 metros (8,200 pies).
Estas zonas de elevada altitud son famosas por producir algunos de los oolongs más codiciados y caros de Taiwán. Con altitudes que superan los 2,500 metros, los tés de Li Shan y Da Yu Ling son conocidos por su sabor ligero y resinoso, con un aroma dulce y floral que es simplemente incomparable.
Nantou
Altitud: Entre 1,000 y 1,600 metros.
El condado de Nantou es el hogar de los oolongs de tipo bola y es conocido por sus tés Jade y Dong Ding.
Las nieblas persistentes y las temperaturas más bajas crean un entorno perfecto para el cultivo de tés con aromas intensos y perfiles de sabor complejos.
Tipos de Tés de Taiwán más emblemáticos
El té taiwanés es mundialmente reconocido por su calidad y variedad, con una especialización destacada en la producción de oolong, tipo de té parcialmente oxidado, que se encuentra en un punto intermedio entre el té verde y el té negro. Descubre todo sobre el proceso de elaboración del té oolong en este post de nuestro blog.
Ahora os presentamos algunas de las variedades más emblemáticas del té de Taiwán y sus características únicas:
Oolong Champán (Bai Hao Oolong / Beauty Oriental)
Este té, producido en los condados de Hsinchu, Taoyuan y Miaoli, es un ejemplo destacado entre los tés oolong de Taiwán. Se caracteriza por un alto grado de oxidación, alrededor del 70%, lo que le confiere un sabor distintivo y complejo.
Las hojas abiertas y las puntas blancas de este oolong son indicativos de su alta calidad. Su perfil de sabor es notablemente suave y sedoso, con una dulzura natural que se mezcla con un aroma seductor a orquídeas. Este carácter floral es comparable al del primer flush de Darjeeling, pero con una dulzura más pronunciada y menos astringencia.
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Oolong Jade (Oolong Verde)
El Oolong Jade, cultivado principalmente en el condado de Nantou, es un té oolong con un bajo nivel de oxidación (15-30%). Es de tipo bola y destaca por su aroma fresco con notas florales como jazmín y orquídeas, y un sabor delicado y ligeramente dulce.
Además, la forma de bolita de las hojas facilita una liberación gradual de los sabores durante la infusión, permitiendo múltiples infusiones que revelan diferentes matices a lo largo del tiempo.
Pouchong (Bao Zhong)
El Pouchong es un oolong menos procesado, con una oxidación muy ligera (10-15%), originario de las áreas de cultivo alrededor de la ciudad de Nuevo Taipéi.
Este té se caracteriza por su hoja torcida y su aroma floral intenso, con notas de lirio y guisante dulce. Su aroma es tan predominante que se utiliza un tipo especial de taza para disfrutar de la fragancia floral. Este té se aprecia mejor cuando está fresco, ya que su bouquet floral puede desvanecerse con el tiempo.
Dong Ding Oolong (Tung Ting Oolong)
El Dong Ding Oolong, también conocido como Tung Ting Oolong, es uno de los tés más prestigiosos de Taiwán. Su nombre, que significa «Cima Congelada«, hace referencia a las montañas frías y nubladas donde se cultiva, alrededor del monte Dong Ding en el condado de Nantou.
Este té se distingue por sus hojas enrolladas en forma de bolita y su nivel de oxidación moderado, que ronda el 30%. Esta oxidación parcial le proporciona un equilibrio perfecto entre los perfiles de té verde y té negro, ofreciendo una experiencia única.
El Dong Ding Oolong es conocido por su aroma profundo y floral, con intensas notas de orquídeas y un toque de miel. Su licor es suave y dulce, con matices de albaricoque y un sabor ligeramente tostado.
Tie Guan Yin
Este té, producido en las regiones del norte de Taiwán, comparte raíces con el tradicional Tie Guan Yin de Fujian, pero incorpora un distintivo toque taiwanés que lo hace único.
Los Tie Guan Yin taiwaneses suelen ser más tostados, ofreciendo un perfil de sabor robusto y complejo con notas pronunciadas de frutos secos y caramelo. Este proceso de tostado adicional realza su aroma, aportando matices ahumados y una suavidad en boca que culmina en un final dulce y duradero, reflejando la habilidad y dedicación de los maestros teteros de Taiwán.
Jin Xuan (Oolong con Sabor a Leche)
El Jin Xuan es una variedad de té oolong que destaca por su aroma cremoso y su delicado sabor floral. Este té, que puede cultivarse en diversas altitudes, alcanza su mejor expresión en áreas elevadas, donde el clima fresco y la altitud contribuyen a desarrollar su característico perfil de sabor.
Lo que realmente distingue al Jin Xuan es su sutil sabor a leche, una característica natural que surge de la combinación de su cultivar único y un proceso de oxidación cuidadosamente controlado.
Aunque existen oolongs aromatizados que imitan el perfil del Jin Xuan con sabor a leche añadido artificialmente, los auténticos Jin Xuan ofrecen una suavidad natural, junto con su cremosidad y notas florales.
Oolong Ámbar (Oolong Rojo)
Este té es conocido por su oxidación más completa y su sabor a caramelo profundo. A menudo se somete a un proceso de horneado prolongado que realza su dulzura y suavidad.
El proceso de horneado puede durar varios días y resulta en un té que a menudo se guarda durante años, siendo apreciado por su perfil de sabor maduro y su capacidad para mejorar con el tiempo.
Conclusión
En conclusión, el té de Taiwán destaca por su perfecta combinación de tradición e innovación, especialmente en la producción de oolong y algunos de los tés más finos del mundo. Desde los oolongs tipo bola hasta los delicados Pouchongs, cada tipo de té taiwanés cuenta una historia de maestría artesanal y dedicación a la calidad.
Para los negocios y profesionales del sector del té, comprender la profundidad y la diversidad del té taiwanés es esencial, no solo para apreciar su valor, sino también para transmitir ese conocimiento y pasión a los consumidores.
Taiwán, con sus paisajes montañosos y su clima ideal, seguirá siendo un referente en la producción de té de alta calidad, y sus tés seguirán marcando la diferencia en el mercado global.