Los tés de Japón, con su amplia historia y sus refinadas técnicas de producción, son todo un símbolo del equilibrio entre tradición y modernidad.
La industria del té no solo es un pilar cultural de la vida cotidiana en Japón, sino también una fuerza económica vital que genera miles de empleos y contribuye significativamente al desarrollo tanto local como nacional.
Regiones como Shizuoka y Kagoshima dependen en gran medida de la producción de té para su estabilidad económica, y el mercado internacional valora cada vez más la calidad excepcional y las prácticas sostenibles de los tés japoneses.
Para los profesionales del té, comprender la profundidad y variedad de los tés japoneses es una valiosa oportunidad no solo para enriquecer su conocimiento, sino también para expandir su oferta de manera significativa en un mercado en constante evolución.
Historia y tradiciones del Té Japonés
Los inicios del té en Japón se remontan al siglo VIII, cuando el Emperador Shömu introdujo el té en una ceremonia budista. Sin embargo, no fue hasta el siglo XII cuando el té realmente comenzó a arraigarse en la cultura japonesa, gracias al monje budista Eisai, quien trajo semillas de té desde China.
Desde entonces, el té ha pasado de ser una bebida exclusiva para las élites a convertirse en una habitual en la vida cotidiana y la espiritualidad japonesa.
Durante la era Edo, la popularidad del té aumentó considerablemente con la invención del método de vaporización del té verde sencha. Este proceso permitió la producción de té de alta calidad a precios más accesibles, democratizando su consumo y estableciendo al té verde como una bebida esencial en todas las capas sociales.
La ceremonia del té, conocida como Chanoyu, se desarrolló paralelamente, convirtiéndose en una manifestación artística de la filosofía zen y la apreciación estética.
La ceremonia del té japonesa
La ceremonia del té japonesa es una práctica espiritual y cultural profundamente arraigada en Japón, originada en el siglo XVI.
Durante este ritual de té japonés, se prepara y sirve té a los invitados de acuerdo con un conjunto preciso de movimientos y rituales. La atención al detalle y la simplicidad son esenciales, y el anfitrión debe estar bien versado en los principios del wabi-sabi, una filosofía japonesa que celebra la belleza en la imperfección y la transitoriedad.
La ceremonia del té japonesa también representa una significativa atracción turística en el país. Muchos turistas experimentan de primera mano este ritual, buscando no solo disfrutar de la degustación de té de alta calidad, sino también sumergirse en una experiencia cultural auténtica y enriquecedora que les lleva a una comprensión más profunda de la cultura japonesa.
Regiones de Producción de los Tés de Japón
Japón cuenta con varias regiones clave dedicadas al cultivo del té, cada una con sus propias características únicas que influyen en la calidad y el sabor del té.
Shizuoka
Esta provincia, ubicada al suroeste de Tokio, es la principal región productora de té en Japón, generando aproximadamente el 40% de todo el té japonés.
Los campos de té de Shizuoka están situados en colinas que ofrecen vistas espectaculares del icónico Monte Fuji, un paisaje que no solo es visualmente impresionante, sino también beneficioso para la producción de té de gran calidad, ya que la altitud y la orientación sur proporcionan condiciones óptimas de crecimiento.
El clima templado de Shizuoka, junto con su suelo bien drenado, facilita la producción de tés con un perfil de sabor limpio y brillante.
Kagoshima
Ubicada en el sur de Japón, Kagoshima es conocida por su clima cálido y sus suelos volcánicos ricos en minerales. Además, este clima permite varias cosechas al año, lo que resulta en un suministro constante de té fresco.
La riqueza mineral del suelo volcánico de la región imparte a los tés de Kagoshima un carácter robusto y una complejidad de sabor que son altamente apreciados en el mercado, como es el caso del Sencha y Gyokuro.
Uji
Esta región cercana a Kioto es famosa por su producción de té de alta calidad, especialmente el matcha y el gyokuro.
En Uji es tradicional llevar a cabo una técnica conocida como tana, que consiste en sombrear los campos de té antes de la cosecha, para realzar la dulzura y la textura del té, aumentando los niveles de clorofila y teanina en las hojas.
El microclima de Uji, con sus suaves colinas y ríos, crea un ambiente perfecto para la producción de tés con un perfil de sabor profundamente umami y una textura sedosa.
Fukuoka
Situada en la isla de Kyushu, Fukuoka es reconocida por su producción de gyokuro, considerado uno de los tés más finos de Japón. Las técnicas de sombra utilizadas en la producción de gyokuro en esta región contribuyen a su distintivo sabor dulce y umami.
El clima de Fukuoka es ideal para el cultivo de gyokuro debido a sus inviernos suaves y veranos húmedos, que contribuyen a una larga temporada de crecimiento. La calidad del suelo, enriquecido naturalmente con nutrientes, favorece la producción de un té de hojas suaves y de alta calidad que se distingue por su rica concentración de aminoácidos y su bajo contenido de catequinas, responsables de su sabor suave y complejo.
Variedades de tés japoneses más comunes
Japón es conocido por su amplia gama de tés verdes, cada uno con características únicas que reflejan no solo las técnicas de cultivo y procesamiento, sino también la tradición cultural que los envuelve.
A continuación, exploramos los principales tipos de tés verdes japoneses, destacando sus particularidades y atributos que los hacen imprescindibles en cualquier oferta profesional.
Sencha
Las hojas de sencha son cultivadas bajo luz directa del sol, lo que contribuye a su perfil de sabor fresco y vegetal.
La calidad del sencha varía considerablemente según la época de cosecha y la técnica de procesamiento. Desde el shincha o té de primera cosecha, que se distingue por su delicadeza y suavidad, hasta las cosechas posteriores que, aunque menos refinadas, ofrecen un sabor más robusto y accesible.
Las hojas de sencha, típicamente enrolladas en forma de aguja, producen una infusión de color verde brillante con un equilibrio entre notas dulces y astringentes.
El proceso de vaporización, seguido de un enrollado meticuloso, garantiza un té con una textura agradable y un sabor complejo.
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Gyokuro
Considerado uno de los tés más finos y exclusivos de Japón, el gyokuro se somete a proceso de cultivo bajo sombra, que implica cubrir las plantas de té durante aproximadamente 20 días antes de la cosecha. Este método reduce la fotosíntesis, incrementando la producción de clorofila y teanina, lo que confiere al gyokuro un sabor dulce y un cuerpo pleno.
El gyokuro se distingue por su licor verde esmeralda y una infusión con notas umami profundas y una dulzura persistente.
Matcha
Este té verde en polvo se produce moliendo finamente las hojas de tencha, que son también cultivadas bajo sombra.
Tradicionalmente utilizado en la ceremonia del té japonés, el matcha ha ganado popularidad global por su versatilidad en la gastronomía moderna, desde postres hasta bebidas especializadas.
Consulta en este otro post de nuestro blog una receta de desayuno saludable con matcha.
El matcha tiene un perfil de sabor intenso con una mezcla de notas dulces y umami, y es conocido por su color verde vibrante. Su método de consumo único, donde el polvo se disuelve completamente en agua, permite una ingesta completa de los beneficios que este tipo de té ofrece.
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Genmaicha
El genmaicha es una combinación de té verde bancha y arroz tostado, originado como una bebida accesible para las clases trabajadoras, pero ahora ampliamente apreciado por su sabor único.
El genmaicha se caracteriza por su sabor tostado y su aroma a cereal, que complementa la frescura del té verde. Es una opción excelente tanto en la degustación diaria como en la cocina, ofreciendo un perfil de sabor que es agradable y perfecto para maridar con comidas ligeras.
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Houjicha
El houjicha es un té verde que ha sido tostado a altas temperaturas, lo que transforma sus hojas de verde a marrón y reduce su contenido de cafeína.
Esta técnica no solo altera el color, sino que también suaviza el sabor del té, convirtiéndolo en una opción de té japonés popular para quienes buscan un té menos astringente y más suave.
El houjicha ofrece un sabor a nuez y un aroma tostado, con un perfil de sabor menos astringente que otros tés verdes. Su bajo contenido de cafeína lo hace ideal para el consumo en cualquier momento del día, y su carácter suave lo convierte en un excelente té introductorio para nuevos consumidores.
Bancha
Y por último, en esta selección de tés de Japón, cabe también considerar el té japonés Bancha. Este té se produce a partir de hojas más maduras y grandes, generalmente recolectadas en la segunda o tercera cosecha.
Estas hojas, más robustas y menos delicadas, resultan en un té más asequible y de uso común en la vida diaria de los japoneses. El Bancha se distingue por su sabor terroso y su color ámbar, siendo menos delicado que el Sencha.
Su robustez y accesibilidad lo hacen una opción popular para el consumo diario, ofreciendo un perfil de sabor consistente y una buena opción para quienes buscan un té de calidad a un precio moderado.
Otras curiosidades sobre el Té en Japón
En Japón, el agua afecta notablemente la calidad del té. Al tratarse de un agua “blanda” se realzan los sabores delicados y complejos de los tés verdes. En contraste, en lugares como Londres, donde el agua es dura, los tés japoneses pueden no mostrar su mejor perfil a menos que se utilice agua embotellada o tratada.
Además, los tés japoneses no solo se consumen como bebida. El té verde genmaicha también se utiliza para cocinar una sopa de arroz llamada Ochazuke, donde se vierte té caliente sobre un tazón de arroz con acompañamientos como alga nori y salmón.
Otra curiosidad de las tradiciones japonesas relacionadas con el té, es que consideran que el consumo de Shincha (té de la primera cosecha) en los primeros 88 días del año traerá buena salud y longevidad.
Finalmente, cabe destacar que la tecnología es esencial en la producción de té en Japón. Desde ventiladores gigantes que protegen los cultivos de heladas hasta avanzadas máquinas de recolección y sistemas de riego y control de temperatura que mitigan el impacto meteorológico, la innovación garantiza la calidad superior y la eficiencia en la producción del té japonés.
Conclusion
Tras este completo post sobre los tés de Japón, sus tradiciones y sofisticadas técnicas y variedades de producción, podemos concluir que en este país existe un claro equilibrio entre la veneración de prácticas ancestrales y la adopción de innovaciones contemporáneas.
Los profesionales del té que se aventuran en el mundo del té japonés no solo descubren una amplia gama de sabores y calidades excepcionales, sino que también se sumergen en una cultura de té que valora la pureza, la precisión y la belleza en cada aspecto del proceso.
La atención al detalle, desde la elección de las hojas hasta la elaboración de cada taza, asegura que el té japonés siga siendo un referente global de calidad y autenticidad en la industria del té japonés.
Este conocimiento no solo enriquece el entendimiento de los profesionales del sector, sino que también ofrece una valiosa oportunidad para expandir y diversificar sus ofertas comerciales, elevando la experiencia del té a nuevos niveles de apreciación y disfrute.