¿Qué hace que el té verde sea tan especial? Para responder a esta pregunta, debemos indagar en cómo se elabora, desvelando así los misterios detrás de esta bebida milenaria.
El té verde, originario de China, nació hace más de 4000 años y se ha convertido en una bebida consumida por dos tercios de la población mundial. Destaca por su frescura, sabor y propiedades beneficiosas para nuestro día a día.
Esto lo convierte en la opción favorita entre los conocedores del té y los profesionales del sector. Como profesional, conocer los procesos de elaboración del té verde te ayudará no solo a ofrecer una experiencia de calidad a tus clientes, sino también transmitir conocimientos precisos y detallados sobre esta variedad.
Etapas de la producción de té verde
En el proceso de producción del té verde, la diferencia principal que define su característico color brillante y su sabor respecto a otros tés como el té negro, reside en la mínima oxidación que experimentan las hojas de la planta del té.
Esto se logra mediante unas fases cuidadosamente controladas, que preservan la frescura natural de las hojas y mantienen sus propiedades antioxidantes y su sabor delicado y refrescante.
Variaciones en el proceso del té verde
Antes de adentrarnos en cómo se produce el té verde, es importante destacar que existen varios métodos empleados, los cuales determinan las distintas etapas del proceso.
Los 2 métodos más habituales de procesamiento del té verde son:
- El método al estilo chino – té verde tostado.
- El método tradicional japonés – té verde al vapor (o Sencha).
La primera diferencia que encontramos entre ambos métodos es el marchitado de la hoja. Mientras que en el método chino el marchitado es una etapa fundamental, en el japonés las hojas se someten directamente a la fijación mediante vapor, prescindiendo del marchitado.
Y una vez vistas estas principales variaciones en la elaboración del té verde, a continuación, explicaremos en detalle las etapas del proceso de cómo se elabora el té verde, que contribuyen a mantener el carácter distintivo de esta infusión.
Cosecha
El proceso de producción de té verde comienza con la cosecha de las hojas de té, que se realiza habitualmente a mano para garantizar la selección de las hojas más jóvenes y frescas. Una vez cosechadas, las hojas se transportan rápidamente a la fábrica de té para su procesamiento.
Los principales cultivos y fábricas de té verde se encuentran principalmente en países con una larga tradición en la producción de té, como China, Japón, India y Sri Lanka. Estos países tienen condiciones climáticas y geográficas ideales para el cultivo de la planta de té Camellia sinensis, así como una experiencia acumulada en las técnicas de cultivo y procesamiento del té verde.
En China, por ejemplo, las regiones de Zhejiang, Fujian y Yunnan son conocidas por sus plantaciones de té verde, mientras que en Japón, las prefecturas de Shizuoka, Kyoto y Uji son importantes áreas de producción.
Marchitado (sólo en el método de elaboración China o de té verde tostado)
En el método de elaboración chino, las hojas de té pasan por un proceso de marchitado, donde se dejan reposar en bandejas especiales para reducir su contenido de humedad.
Este paso ayuda a preparar las hojas eliminando su humedad, evitando de esta manera que en el posterior proceso de tostado la hoja se queme.
Fijación
La fijación es la fase determinante en el proceso del té verde. Esta etapa se centra en evitar la oxidación y mantener la frescura de las hojas.
La fijación implica calentar rápidamente las hojas, ya sea mediante vaporización (método japonés) o exposición directa al calor en un sartén caliente (método chino). Este proceso desactiva las enzimas responsables de la oxidación, preservando así el característico color verde brillante y los sabores naturales de las hojas.
Una vez fijadas, las hojas se enfrían rápidamente para evitar cualquier oxidación adicional y que adquieran un sabor tostado excesivo, asegurando la calidad y sabor deseado.
Como se mencionó anteriormente, los tés verdes se dividen en dos categorías principales según esta fase de fijación: los tés tostados y los tés al vapor.
A continuación explicaremos en detalle cómo se lleva a cabo esta detención de la oxidación de la hoja en cada uno de los métodos.
Fijación de TÉ VERDE TOSTADO (método al estilo chino)
En los tés tostados, también conocidos como tés procesados en el estilo chino o «sha qing», las hojas se someten a un proceso de fijación mediante la exposición directa al calor seco en una sartén o recipiente caliente.
Durante este proceso, las hojas se agitan y presionan contra los lados del recipiente caliente, lo que les confiere un sabor característico con notas tostadas y un ligero color dorado en la infusión.
Fijación de TÉ VERDE AL VAPOR (Sencha o método tradicional japonés)
Por otro lado, los tés al vapor, tradicionales de Japón, se someten a un proceso de fijación mediante la exposición al vapor de agua. Este método preserva la frescura y la vitalidad natural de las hojas, resultando en un sabor más vegetal y una infusión de color verde vibrante.
Esta fijación es la efectuada para la elaboración de famosos tés verdes como el Sencha y el Gyokuro.
Enrollado
Después de la fijación, las hojas de té verde son cuidadosamente enrolladas para liberar sus aromas y sabores característicos. Este proceso de enrollado en la producción de té verde, que puede realizarse a mano o de manera mecánica, contribuye a realzar la calidad y la textura de las hojas, creando una experiencia de degustación excepcional.
Refinamiento y secado
Una vez enrolladas, las hojas de té verde son clasificadas según su tamaño, calidad y sabor, eliminando tallos e impurezas.
Posteriormente, se secan cuidadosamente para eliminar la humedad restante y preservar su frescura y sabor, y prolongar su duración. El secado puede realizarse al sol o en secadoras especiales, dependiendo de las preferencias del productor y las condiciones climáticas locales.
Envasado
Como último paso del proceso de elaboración del té verde, las hojas de té son envasadas en bolsas o latas herméticas para conservar el producto en su correcto estado. Este paso final del proceso de elaboración del té verde, garantiza que cada taza de té verde sea una experiencia llena de sabor, aroma y vitalidad.
Conclusión
En resumen, la elaboración del té verde se caracteriza por su cuidadoso proceso, que limita la oxidación de las hojas para conservar su frescura y sabor naturales. Desde el marchitado hasta el secado, cada etapa es crucial para garantizar la calidad y singularidad del té verde.
Para los profesionales del sector del té, esta comprensión profunda del proceso de producción y sus respectivas técnicas, es fundamental para ofrecer productos de calidad y satisfacer las demandas de los consumidores más exigentes.